Mis lindas hermanas de YLCF me enviaron este pequeño articulo llamado ¨Wating for David¨ en su idioma original. Bueno, que diré, llegó justo a tiempo para mi, así que he sacado un tiempo de mi receso en la Universidad para traducirlo y compartirlo con las hermanas que Dios traiga a éste blog para hablarles y ministrar en sus corazones.
Esta es la primera parte, Abbie, la autora de tan solo 18 años, (pero con gran sabiduría en su corto caminar con el SEÑOR) aun no ha publicado la parte dos de este pequeño pero jugoso escrito. Tan pronto lo haga, prometo tomarme el tiempo de traducirlo. Pero si sabes ingles, puedes revisar el blog de Abbie, (si no puedes esperar para leerlo! -como yo!)
Esperando a David, Primera Parte
Por: AbbieExiste cierta tentación que he estado enfrentando últimamente, la tentación de tratar de ¨ayudar¨ a Dios en el camino. Y claro, al decir ¨ayudar¨ me refiero a, ¨destruir todo por completo al tratar de tomar el mando de aquello que no entiendo, específicamente: mi futuro¨.
Probablemente sabrás de qué estoy hablando. (O por lo menos…espero que lo hallas hecho. De lo contrario estoy verdaderamente sola en esta orilla.) Algunas veces, cuando nos fijamos en nuestras vidas, no vemos toda la abundancia, ni las altas colinas de bendiones… sino que nos fijamos mas bien en el pasto que está ¨al otro lado¨ y que se ve mucho mas verde. Y pensamos, Dios, ¿porque estoy atrapada en este lado de la cerca?
Nosotros, ajem, YO comienzo a creer que si tan solo pudiera realizar un solo movimiento en la dirección que yo quiero… le recordaría a Dios que estoy aquí esperando, y que creo que tengo una buena idea acerca de como me gustaría que se viera mi futuro… entonces él respondería algo como: ¨Oh, claro, mi brillante hijita! ¿Porque no había pensado eso?¨
Absurdo, ¿cierto?
Bueno, pues eso es lo que estamos haciendo verdaderamente cuanto tomamos el mando a la fuerza y nuestro propio rumbo. Estamos confidencialmente infrmandole a nuestro Creador que Su plan no está funcionando -vamos a tomar las riendas en nuestras propias manos. Los hijos de Israel lo hicieron así cuando decidieron que querían tener su propio rey. Querian ser como todos los demás, con un rey ¨de verdad¨. Dios no era suficiente -ellos querían ¨un hombre en sus vidas¨, si se puede decir así.
A menudo, somos tentado a hacer eso, cuando muchas veces, Dios simplemente nos llama a esperar.
¡Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que el SEÑOR hará delante de vuestros ojos! 1 Samuel 12:16
Cada fibra de mi ser se rebela a la idea de estar quieta y esperar que Dios lleve Su obra a plenitud. ¿Qué tal si tengo que esperar por mucho tiempo? ¿Qué si me tengo que quedar quiera hasta colapsar!?
Una cita del diario de Elisabeth Elliot viene a mi memoria:
¿Que tanto, SEÑOR, debo esperar?
No importa hija, confía en Mi.
La verdad es, que siempre estaremos a la espera de algo. Siempre habrán momentos cuando el pasto se verá mas verde del otro lado, y que no podremos entender porqué Dios no nos deja cruzar la cerca y disfrutar de la belleza y el esplendor de aquello que sólo podemos ver desde la distancia.
Pero una cosa que he aprendido es ésta: cuando ignoramos el plan de Dios, y seguimos el propio, desastre y dolor en el corazón son los resultados. El plan de Dios siempre será para nuestro bien final, pero mas importante, para Su gloria suprema.
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