"Richard Baxter fue un pastor del siglo 17 que se dio cuenta que la forma de vestir de la mujer era una trampa para su mente. Él le dio a las mujeres este consejo: 'Debes caminar entre personas pecadoras como si estuvieras caminando con una vela en medio de paja y polvora." -Nancy Leigh Demoss
Algunas palabras importantes antes de ver el video:
El pastor Al Martin abarca el polémico tema de la moda y forma de vestir femenina a la luz de las Escrituras. Es importante aclarar primeramente, que, Dios no se agrada de obras externas solamente. Que una falda larga y una camisa hasta el cuello no nos hace más santas. Cubrir el cuerpo, sin primero tener cubierto el corazon con la sangre de Cristo no obra justicia, sólo nos hace hipócritas y nos pone bajo el yugo de la ley.
Sin embargo, cuando la obra de la Regeneración por medio del Nuevo Nacimiento en la vida de Cristo ocurre en nuestros corazones; Dios sí comienza a purificarnos y limpiarnos de las obras de la carne que son ofensivas para El y que manchan y enturbian Su Testimonio y Su Nombre.
Debemos recordar que como Cristianas, ya no nos pertenecemos a nosotras mismas. Ahora somos nuevas Criaturas en Cristo Jesús, si de verdad hemos creído. Y por lo tanto somos cartas vivas al mundo, portamos la Luz de Cristo y somos al mundo un testimonio de la Obra redentora que Él hace en el corazón.
Así que si verdaderamente amamos a Dios, comenzaremos también a ODIAR aquello que Él aborrece, y a desear Su limpieza.
No podemos decir que amamos a Dios, no podemos seguir a Dios, y sin embargo andar conforme a los deseos de la carne.
Así que es importante resaltar que éste mensaje no se trata de legalismos, ni mucho menos de culpar unicamente a la mujer por el pecado de lujuria en los hombres. Cada quien es responsable de su corazon delante de Dios, no hay objeción. Pero también somos responsables los unos de los otros como miembros del Cuerpo de Cristo de velar por la santidad de nuestros hermanos y hermanas en la fe.
Hermanas, yo fui confrontada, las obras del Espíritu se oponen rotundamente a las obras de la carne, por ende del sistema del mundo. Aunque los hombres son responsables de su santidad delante de Dios, nosotras también debemos procurar no ser piedra de tropiezo para ellos con la forma en que nos vestimos. Sí, lo mismo se aplica a los hombres; porque sabemos que también hay ropa muy indecorosa allá afuera que los hombres del mundo usan. Así que éste mensaje es para ambos.
Entonces cuidémonos unos a otros y,
El pastor Al Martin abarca el polémico tema de la moda y forma de vestir femenina a la luz de las Escrituras. Es importante aclarar primeramente, que, Dios no se agrada de obras externas solamente. Que una falda larga y una camisa hasta el cuello no nos hace más santas. Cubrir el cuerpo, sin primero tener cubierto el corazon con la sangre de Cristo no obra justicia, sólo nos hace hipócritas y nos pone bajo el yugo de la ley.
Sin embargo, cuando la obra de la Regeneración por medio del Nuevo Nacimiento en la vida de Cristo ocurre en nuestros corazones; Dios sí comienza a purificarnos y limpiarnos de las obras de la carne que son ofensivas para El y que manchan y enturbian Su Testimonio y Su Nombre.
Debemos recordar que como Cristianas, ya no nos pertenecemos a nosotras mismas. Ahora somos nuevas Criaturas en Cristo Jesús, si de verdad hemos creído. Y por lo tanto somos cartas vivas al mundo, portamos la Luz de Cristo y somos al mundo un testimonio de la Obra redentora que Él hace en el corazón.
Así que si verdaderamente amamos a Dios, comenzaremos también a ODIAR aquello que Él aborrece, y a desear Su limpieza.
No podemos decir que amamos a Dios, no podemos seguir a Dios, y sin embargo andar conforme a los deseos de la carne.
Así que es importante resaltar que éste mensaje no se trata de legalismos, ni mucho menos de culpar unicamente a la mujer por el pecado de lujuria en los hombres. Cada quien es responsable de su corazon delante de Dios, no hay objeción. Pero también somos responsables los unos de los otros como miembros del Cuerpo de Cristo de velar por la santidad de nuestros hermanos y hermanas en la fe.
Hermanas, yo fui confrontada, las obras del Espíritu se oponen rotundamente a las obras de la carne, por ende del sistema del mundo. Aunque los hombres son responsables de su santidad delante de Dios, nosotras también debemos procurar no ser piedra de tropiezo para ellos con la forma en que nos vestimos. Sí, lo mismo se aplica a los hombres; porque sabemos que también hay ropa muy indecorosa allá afuera que los hombres del mundo usan. Así que éste mensaje es para ambos.
Entonces cuidémonos unos a otros y,
"Que cada uno de vosotros sepa tener su vaso (cuerpo) en santificación y honor;No con afecto de concupiscencia, como los Gentiles que no conocen a Dios:Que ninguno oprima, ni engañe en nada a su hermano: porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado. Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino A santificación." 1 Tes. 4:4-7
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