"Así mismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras. Que tenga testimonio de buenas obras... si ha practicado toda buena obra."En las tres Epístolas Pastorales, escritas a dos jóvenes pastores para instruirles respecto a sus deberes, las 'buenas obras' son mas frecuentemente mencionadas que en las otras Epístolas de Pablo. Al escribir a las Iglesias, como en el capitulo 12 de Romanos, él menciona las buenas obras del individuo por nombre. Al escribir a los pastores él tuvo que usar esta expresión como un resumen de lo que, tanto en sus propias vidas y en su enseñanza a otros, ellos tenían que procurar. Un ministro debía estar preparado para cada buena obra, equipado completamente para toda buena obra, un ejemplo de buenas obras. Y ellos debían enseñar a los Cristianos--las mujeres, a adornarse a sí mismas con buenas obras, diligentemente buscando seguir toda buena obra, tener buen reporte de buenas obras; los hombres, ser ricos en buenas obras, celosos de buenas obras, listos para toda buena obra, ser cuidadosos y aprender a mantener las buenas obras. Ninguna porción de la obra de Dios enfatiza más definitivamente la absoluta necesidad de las buenas obras como un esencial, vital elemento en la vida Cristiana.{1 Timoteo 2:9-10, 5:9-10}
Nuestro dos textos hablar de las buenas obras de las mujeres Cristianas. En el primero ellas son enseñadas que su adorno no debe ser el de peinados ostentosos, de oro y perlas, ni vestidos costosos, sino como corresponde a mujeres que profesan piedad, con buenas obras. Nosotros sabemos lo que es un adorno. Un árbol sin hojas en el invierno tiene vida; cuando llega la primavera éste se coloca sus hermosos adornos, y se regocija en los adornos del follaje y las flores. El adorno de las mujeres Cristianas no debe estar en el cabello, o en perlas o en vestidos, sino en buenas obras. Ya sean las buenas obras que hacen referencia a los deberes personales y a la conducta propia, o aquellas obras de beneficio que procuran el servir y ayudar a nuestro vecino, o aquellas que buscan más definitivamente la salvación de las almas-- el adorno que complace a Dios, que da verdadera belleza celestial, que atraerá verdaderamente a otros a venir y servir a Dios, también, es el que las mujeres Cristianas deben buscar siempre. Juan vio a la "santa ciudad descender del cielo, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. El lino fino es las acciones justas de los santos."(Apoc 21:2, 19:8). ¡Oh! que cada mujer Cristiana pueda buscar adornarse a sí misma para agradar al Señor que la amó.
En el segundo pasaje leemos de las viudas que eran puestas en un lugar de honor en la Iglesia primitiva, y a quienes cierto cargo les era entregado sobre las mujeres más jóvenes. Nadie podía ser admitida que no tuviera un buen reporte de buenas obras. Algunas de estas buenas obras son mencionadas: si ella ha sido conocida por la cuidadosa crianza de sus hijos, por su hospitalidad a los extraños, por el lavamiento de los pies de los santos, por haber socorrido al afligido; y luego se añade, 'si ha practicado diligentemente toda buena obra.' Si en su hogar y fuera de él, cuidando de sus propios hijos, de los extraños, de los santos, de los afligidos, su vida ha sido devota a las buenas obras, ella podía de hecho ser contada como un ejemplo y guía dignos de seguir por otras. El estándar en uno muy alto. Nos demuestra el lugar que ocupaba en la Iglesia primitiva. Nos muestra cómo el bendito ministerio de amor de la mujer era tenido en cuenta y aún procurado. Demuestra cómo en el desarrollo de la vida Cristiana, nada encaja mejor como regla e influencia que una vida entregada a las buenas obras.
Las buenas obras son parte y parcela en la vida Cristiana, igualmente indispensables para la salud y el crecimiento del individuo, y para el bienestar y extensión de la Iglesia. Y aún así, cuan multitud de mujeres Cristianas hay de quienes su activa ministración en las buenas obras de bendición a sus semejantes es considerada como poco más que un mero juego de buenas obras. Ellas están esperando por la predicación de un evangelio completo, que debe animarlas y ayudarlas y compelerlas a entregar sus vidas a obrar para su Señor, para que ellas también, tengan buen reporte como de estar diligentemente haciendo toda buena obra. El tiempo y el dinero, la mente y el corazon que han sido entregados a las joyas o a costosos vestidos serán redimidos a su verdadero objetivo. La religión no seguirá siendo un deseo egoísta por una seguridad personal, sino el gozo de ser como Cristo, el ayudador y salvador del necesitado. La obra para Cristo tomará de hecho su lugar verdadero como la forma más alta de la existencia, el verdadero adorno de la vida Cristiana. Y como la diligencia es honrada en los asuntos mundanos, como uno de los verdaderos elementos de carácter y valor, diligentemente seguir las buenas obras en el servicio de Cristo, se hallará ser algo que da acceso al mas alto galardón y al mas completo gozo del Señor.
1. Comenzamos a despertarnos a la realidad del maravilloso lugar que la mujer puede tomar en la iglesia y en la escuela y en la misión. Esta verdad necesita ser traída al hogar de todas las hijas del Rey, para que el adorno con el que ellas atraigan al mundo, agrade a su Señor, y entren a Su presencia con buenas obras.
2. La mujer, como la imagen de la "debilidad de Dios," y "la mansedumbre y gentileza de Cristo," debe enseñarle al hombre la hermosura y el poder de la longanimidad, y el ministerio sacrificial de amor.
3. El entrenamiento para el servicio de amor comienza en la vida de hogar; se fortalece en la habitación interior, se extiende al necesitado alrededor, y halla su máximo alcance en el mundo por el que Cristo murió.
~Andrew Murray
Exelente tema con esta enseñansa tan Inportante y esencial para la vida espiritual de la mujer creyente, adelante Gloria a Nuestro Gran Dios. Bendicion para usted Hermana.
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