martes, 10 de abril de 2012

"Tú Oyes la Oración"

"Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos. Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás. Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo. Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra,Y de los más remotos confines del mar." Salmo 65:1-5

Es inevitable asombrarse al meditar en la permanencia del amor de Dios. Hay verdades del carácter de Dios que conocemos y que al leer versículos en la Biblia sabemos identificar; pero qué diferente es cuando podemos meditar en ellas. Por ejemplo aquella promesa en el Salmo 65 de que Dios escucha la oración de aquellos que le buscan. Es fácil leer esa primera parte del Salmo y permitir que nuestro pecado nos acuse e intente alejarnos de la presencia de Dios con ese sentimiento de culpabilidad. Eso fue lo que el Salmista también sintió cuando declaraba la grandeza de Dios. Pero el Salmista no permitió que su pecado le mantuviera lejos de Dios, sino que fue pronto en predicarse a sí mismo que aunque la memoria de las rebeliones de su corazón se levantaran contra él, él sabia que Dios perdonaría cada una de ellas si se acercaba humildemente a Su presencia. 

No dejes que tus iniquidades te mantengan lejos de Dios, no prives tu alma del alimento espiritual constante; aun cuando tus pecados parezcan venir una y otra vez a tu memoria, no permitas que la vergüenza por ellos te mantenga lejos de la presencia sanadora, perdonadora y vivificadora de Dios. El Señor oye la oración de aquellos que le buscan, y perdona sus iniquidades, esa es Su perpetua promesa, sólo viniendo de continuo a él seremos transformadas. La única manera de no entrar en tentación y crecer en santidad es cultivando nuestra intima relación con Dios, mediante Cristo, la oración y Su palabra, Él obra continua limpieza en nuestro interior.

"Venid luego, dice el Señor, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana." Isaías 1:18




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