jueves, 20 de agosto de 2009

¿Aún pensando en las –cosas- que Él tiene para ti?


Hoy el Señor habló profundamente a mi corazón, justo cuando lo necesitaba, cuando me urgía escuchar Su voz y traer a memoria cada palabra de Su corazón. ¡Que tan fácilmente nos ocupamos de nuestros propios asuntos! ¿De verdad le conocemos?, ¿De verdad le conoces? ¿Anhelas hacerlo? Mi hermana Naty escribió hoy en su blog un oportuno mensaje para el pueblo de Dios, -para ti y para mi-. A un corazón en el que -doy fe crece un ardiente deseo de agradar a Dios-, el Señor entregó un mensaje que ha venido obrando, cambiando, limpiando, regenerando cada rincón a fin de hacerle apto para llevar mucho fruto EN Él, cómo es el deseo y plan de Dios para todos Sus hijos. Traduje éste hermoso mensaje que el Señor le dio a Naty, para compartirlo contigo también, con el único anhelo de que puedas conocerle y desees hacerlo, porque el Señor revela Sus secretos a aquellos que le temen. (Salmo 25:14, Isaías,45:3, Jeremías 23:22)


¿Aún pensando en las –cosas- que Él tiene para ti?

¡Cuán ciega soy al no verle claramente! Por favor Señor, abre mis ojos para poder verte cada día, cada momento de mi vida, que pueda caminar en tus caminos. Examina mis caminos y no me dejes extraviar.
¿Qué tan ciegos podemos ser? Acostumbrados a escuchar acerca de Él, acostumbrados a leer Su Palabra, acostumbrados a vivir la vida y a tener nuestros propios deseos.
Sí, le entregamos nuestras vidas a Jesús, sí, decimos que le seguiremos, pero conservamos nuestros –propios- deseos, nuestro propio espacio personal, un lugar que probablemente entregamos, pero del que conservamos una llave extra con nosotros para poder entrar cuando sea que queramos.
¿Qué tan ciegos podemos ser? Saliendo cada día, pensando en nosotros mismos, pasando por encima de personas en necesidad, personas que probablemente morirán sin llegar a conocer al Señor.
¿Qué tanto nos importa esto? ¿Realmente nos importa? ¿Realmente nos interesamos y trabajamos para que el Reino de Dios sea establecido aquí en la tierra, o estamos jugando a la iglesia como llaneros solitarios que se encuentran cada fin de semana? Estamos en el mundo, eso es cierto, pero no somos parte del mundo, no somos iguales. Me cuestiono a mí misma, ¿realmente soy una Cristiana, una seguidora de Jesús, de Aquel que caminó en esta tierra pero que nunca fue parte de ella? Él fue despreciado, sin embargo siempre se entregó a Si mismo en servicio a otros, nunca mirando Sus propias necesidades. ¿Recuerdas lo que compartí contigo antes? Él se apartó de la multitud, para tener un tiempo de soledad con Su Padre, no obstante cuando salió, vio más personas en espera de Él. ¿Qué sintió? Compasión, y fue y sanó aquellos que estaban enfermos, fue a servir –otra vez. Sí, sé lo que estás pensando, -eso no era tan difícil para Él, quiero decir, ¡Él era Dios! Él nunca estuvo muy cansado, ¡Él pudo haber seguido por días si así lo hubiese querido! Y yo te diré a ti, que si lees las Escrituras y si confías en el Señor, quiero decir, realmente confías en Él, tanto que estas completamente seguro que Él está en control de Su Palabra que dejó para nosotros a través de los tiempos, entonces tendrás que admitir las partes donde está escrito que él estuvo sediento, o que tuvo hambre, o aún creer el momento donde Él estaba orando en el jardín, ¡Él Mismo confesó que su alma estaba angustiada hasta la muerte! Él clamó a Su Padre pidiéndole que le librara de tener que morir, pero Él sabía lo que era necesario que pasara, ¡Él es el Cordero que fue inmolado antes de la fundación del mundo! ¡Él vio su sufrimiento como una puerta a una superior ganancia y gloria!
Y yo estoy de acuerdo contigo, Él es Dios, y él fue Dios cuando caminó en la tierra, y no quiero discutir ninguna clase de asunto doctrinal sino aferrarme a Su Palabra y a lo que Él nos ha revelado a nosotros. No hay necesidad de inventar nuevas ideas, que usualmente, desde que fueron inventadas por nosotros, los humanos, pecadores, la única cosa poderosa que han logrado hacer es crear divisiones en el cuerpo del Mesías. Quiero decir, ¿Quiénes somos para cuestionar a Dios?

Y aquí hay un llamado, un clamor de mi corazón. Él viene pronto, no por muchas denominaciones, no por los pequeños grupos que apuntan sus dedos hacia todos los demás que ante sus propios ojos no son lo suficientemente santos, no por las masivas congregaciones que se ufanan en sus números y servicios cada semana, pero que no se han dado cuenta que le cerraron la puerta al Señor en Su cara dejándole por fuera. Él no viene por aquellos que pensaron que la única manera de estar cerca de Él y crecer en Él era aislándose a sí mismos en algún remoto lugar para no enfrentar ninguna tentación. Él no vendrá por aquellos que se llaman a sí mismos hijos Suyos, y le llaman ‘Señor’ y realizan grandes milagros y señales y maravillas, pero viven para sí mismos. Él no viene por aquellos que no le entregan la cosa o la persona más preciada para ellos. ‘Sí Señor, te doy todo de mí, tómalo todo’… pero muy dentro tú sabes que o quien estas guardando sólo para ti… como Ananías y Safira, diciendo, -esto es todo lo que tenemos- tratando de burlar al Espíritu Santo. Él va a venir por una novia, una novia sin mancha o arruga, ¿sabes lo que eso significa? Sin mancha, sin pecado reservado, sin pecado oculto. Podemos ocultar un pecado de las personas, ¡pero Él está mirando! Y Sus ojos están llenos de fuego, ¿pero sabes para qué? Para que Él queme el pecado, y de esa forma nos purifique. ¿No quieres ser puro? ¿No deseas estar sin mancha? La Pureza ante Sus ojos, es algo más alto de lo que nosotros pensamos. No podemos alcanzarla por nosotros mismos, ¡sino que El preparó el camino para nosotros! Y esos mismos ojos de fuego son también ojos llenos de compasión, de amor, ¡amor como nunca lo hemos conocido!
sin arruga, no hay una fe ‘vieja’, y si tú la estás experimentando, ¡pide que sea renovada! Y no me malentiendas, debemos ser maduros, pero no permitir que nuestra fe ‘envejezca’, se quede como algo ‘viejo’, algo que solía ser poderoso pero que ya no lo es… sí tu sabes, yo oro, yo crecí en un hogar Cristiano, conozco la Biblia, conozco a Dios, soy una buena persona -¡y comienza a sonar más y más alarmante!- la única cosa que podemos hacer es orar, oración… sí ahora mismo no hay nada más que hacer. ¿De que estás hablando? NECESITAMOS orar, necesitamos VIVIR en oración, necesitamos entender el PODER de la oración, no se trata de –sólo- la –única- cosa que tenemos que hacer, es la HERRAMIENTA PODEROSA que el Señor nos dio, para ALABARLE a Él primero que todo, para ALIMENTAR nuestra relación con Él, para INTERCEDER por otras personas, para BATALLAR lo espiritual. OK, viejo Cristiano, ¿estás viviendo por cosas terrenales? ¿Estás soñando despierto con todas las cosas que Dios tiene para ti? No eres espiritual si lo estás haciendo. Eres ciego y si aún estas deseando que aquellas cosas vengan, tal vez llegarán pero ¿no es Él suficiente? Más que suficiente creo yo. Y créeme soy la primera en dar un paso adelante confesando que he caminado la mayor parte de lo que ahora considero ser, mi vieja y pobre vida Cristiana, esperando por el plan perfecto que Dios tiene para mí.
¡Hasta que entendí! No por mi ingenio –que no es propiamente una virtud en mí- sino por lo que creo fue la obra del Espíritu Santo en mi, en respuesta a mi inagotable deseo de ser una genuina seguidora del Señor.
ÉL ES, como claramente lo dijo a Moisés, -YO SOY-, Él es mi herencia, y no hay razón para pensar que debe haber algo más. Si las cosas, esas cosas especiales que tu quieres, -y tu sabes exactamente qué son-, son más importantes para ti que el maravilloso regalo de ser aceptado en el Amado, ser aceptado por la sangre, la preciosa sangre de nuestro Señor derramada por ti, entonces estás PERDIDO.
Si, tendrás cosas en este mundo, y no me malentiendas, Dios ha creado hermosas cosas especialmente para nosotros, pero antes que ellas, Su propósito era tener una relación con Sus criaturas, nosotros, tú y yo, y de eso es que se trata. Se trata de Él, se trata de Él glorificándose a Sí Mismo en Su hijo. Se trata de Él amándote y acercándote a Él. Ese es el VERDADERO AMOR. Como Él lo dijo en Mateo 16:26,
Porque ¿de qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? O ¿qué recompensa dará el hombre por su alma? ¿Entonces quieres continuar viviendo –tu- vida? ¿O quieres perder tu vida, y ganar la Suya? ¿Quieres permanecer ciego? ¿Quieres seguir jugando al Cristiano? ¿O quieres someter tu vida al Señor? ¿Quieres esperar las buenas cosas que Dios tiene para ti? ¿O quiere vivir una profunda relación con Aquel que dejó todo lo que tenia para venir a esta tierra para que tú pudieras tener la oportunidad de conocerle? ¿Acaso Su amor no derrite tu corazón? ¿No es Él el ser más hermoso? ¿No te gustaría pasar toda tu vida, tu vida temporal, con El y luego regocijarte con El en la eternidad? ¿No te gustaría entregar tu vida a Él? Y, ¿deseas Su venida? ¿O estás muy cómodo aquí…? Él viene, no vivas como si no fuera a venir.

Quiero entregar mi vida cada día al abrir mis ojos
No puedo vivir más para éste sucio mundo
Toma mi vida Oh Señor y purifica mi alma
No quiero caminar solo por éste valle jamás

Si tú no estás conmigo, no quiero vivir
Ayúdame a no extraviarme de tu amor y tu abrazo
Si no estás conmigo no hay razón para respirar
Tengo todo cuando te tengo solo a Ti

Hay personas afuera caminando ciegas en desesperación
Sin pista alguna de la sangre que tú derramaste
Llévame a ellos, trae tu Luz a mi vida
¡Y úsame por Tu propio Nombre!

No viviendo más para mí
No complaciéndome a mí y a mi corazón
Sino caminando al sonido de tu voz
Con ojos bien abiertos a las necesidades a mí alrededor.

A ti Señor adoraré Para Ti Señor cada día respiraré

Natalia Villarreal Z.



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