Experimentando la Restauración que da Dios
Por Leslie Ludy
Cuando escribo sobre el nivel de pureza e inocencia que marcó mi relación con Eric, puede parecer difícil de creer que ambos venimos de trasfondos impuros. Eric y yo crecimos en hogares Cristianos y fuimos a grupos de jóvenes, pero como la mayoría de los jóvenes Cristianos de hoy, tuvimos una concepción egoísta de la pureza. Constantemente nos preguntábamos, "¿que tan lejos se puede llegar?" en lugar de "¿que tan lejos puedo llegar en agradar a Dios y honrar a mi futuro esposo/a?" Y como resultado, nuestras vidas estuvieron llenas de pecado, egoísmo y compromiso. Ambos entregamos nuestros corazones, mente, emociones y cuerpos descuidadamente en aventuras temporales, aun cuando "técnicamente" preservamos nuestra virginidad. Para la mayoría de nuestra vida como jóvenes adultos, guardar el primer beso para el día de la boda hubiera sonado como la ultima cosa que cualquiera de nosotros dos jamas consideraría hacer.
Para el momento en que pude vislumbrar la maravillosa pureza y la deseable belleza que marca una historia de amor que está centrada en Cristo, honestamente sentí que era demasiado tarde para que yo pudiera experimentarlo. Claro, yo técnicamente había mantenido mi compromiso de abstinencia, pero mi pureza había sido abandonada hacia mucho tiempo. Permití que el tesoro de mi corazon, emociones, y cuerpo fueran pisoteados una y otra vez. Yo sabia que era indigna de una historia de amor escrita por Dios.
Las historias de amor escritas por Dios no son sólo para aquellos que jamas se han comprometido. De hecho, la misma razón por la que Cristo sacrificó todo por nosotros fue para ofrecernos la oportunidad de ser restaurados, lavados, limpiados y tener esperanza y futuro.
Arrepentimiento quiere decir volverse del camino y caminar hacia otra dirección. Una vez has despertado a la realidad de que te estas dirigiendo a un precipicio, simplemente para, date la vuelta, y pídele perdón a Dios, entonces, por Su gracia, dirígete hacia la otra dirección. No hay razón para mirar a tras y pensarlo dos veces cuando eres Su hija. No deberías resignarte a un romance de segunda clase. Una vez has sido restaurada por El, estás vestida de virtud. Son tuyos por derecho todos los beneficios de Su maravilloso Reino. Tu perdón es completo. Tu pecado es removido tanto como lo está el oriente del occidente. Ha sido consumado.
Solo necesitamos leer la palabra de Dios para saber con certeza que El pagó el precio de nuestro pecado, una vez y para siempre. Nunca debemos subestimar Su maravillozo sacrificio al preguntarnos si Su obra en la cruz fue realemnte suficiente. Y tampoco debemos tratar de mejorarnos a nosotros mismos antes de venir a El en arrepentimiento. No debemos enfocarnos en nuestra indignididad --sino en Su póder conquistador, redentor y transformador; Su sangre preciosa que fue derramada por nosotros. Una vez has sido perdonada y libre, estas lista y capacitada para experimentar lo mejor que El tiene para ti en el area del romance.
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