viernes, 8 de julio de 2011

Mi Cambio Radical: Antes y Después


Mi Cambio Radical: Antes y Después

Por: Paula Hendricks (via TW Blog)
Aviva Nuestros Corazones

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas!” (2 Cor 5:17)

¿No disfrutas viendo fotos llamadas “antes y después”; fotos de esas mujeres que acaban de pasar por un cambio radical? Usualmente, la foto de “antes” luce mas bien como la foto que encontraríamos en una ficha legal; la segunda es tan preciosa como la foto de un portafolio de modelos.

En la nota de ayer hablaba de como Jesús me salvó de mis propios esfuerzos y le dio descanso a mi alma. Hoy me gustaría mostrarles mis propias fotos de “antes de Jesús” y “después de Jesús”, porque Él ha cambiado —y lo sigue haciendo— toda mi vida. Esto es así porque ya no soy yo quien vivo, sino Cristo que vive en mi (Gal 2:20).

Mira estas “fotografías” que he incluido aquí:

Antes de Jesús… Pensaba que ser una buena cristiana significaba obedecer un montón de reglas (no bebas, no practiques el sexo antes del matrimonio, no hagas trampa en los exámenes o en los impuestos, no hagas, no hagas, no hagas…). De manera que no hacía nada de esto. Y esto me hacía sentir bien y orgullosa de mi misma. Mientras pensaba que estaba viviendo mi vida cristiana muy bien por fuera, no podía hacer nada por mi propio corazón. Si otros hubieran podido leer mis pensamientos, hubieran podido saber que yo era una mentirosa, una odiosa y esclava de placeres y de deleites diversos (Tito 3:3-7). Siempre me sentía muy, muy emocionalmente necesitada, siempre buscando y anhelando conseguir un muchacho que me amara y me aceptara. Cuando lograba conseguir alguno, usaba ropas seductoras, coqueteaba como loca, y manipulaba circunstancias para tratar de hacer las cosas a mi manera.

Después de Jesús… Ya no tengo que “esconderme” más. Estoy en paz y puedo ser genuina hacia los demás —aun sobre mis propias “áreas oscuras”— porque he sido seducida, perseguida y amada por Dios mismo! Debido a este amor inamovible hacia mi, probado en la cruz, soy libre ahora para amar a otros, en lugar de usarlos para mi propio beneficio, esperando que definan mi valor. En lugar de coquetear, manipular y pavonearme y exhibir mis atributos físicos, ahora quiero que mis interacciones con los hombres estén caracterizadas por pureza, amor y dominio propio. Todo esto es solo porque Dios me ha cambiado completamente —incluyendo mis deseos! Ahora bien, obviamente no soy perfecta. Estoy lejos de serlo! Pero continuo viendo a Dios transformarme para hacerme lucir como Su Hijo, Jesús (Rom 8:28-29).

Tu foto… ¿Qué diferencia ha hecho Jesús en tu vida? ¿De que manera dramática te ha transformado, de adentro hacia fuera? Me encantaría saberlo! Si eres una verdadera cristiana, debes ser capaz de decir: “Esta era yo antes de Cristo y esta es la persona que soy hoy en Cristo —radicalmente diferente.” Si no ves que Él está cambiando tu ser interior, ¿por qué no le pides que te muestre si realmente lo conoces y le perteneces?




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