sábado, 3 de diciembre de 2011

Sin Expectativas

Hay veces cuando los mejores consejos se esconden en simples reflexiones, como ésta que comparto hoy y que Dios usó para hablarme. Creo no ser la única que halla experimentado la frustración y descontento que produce un espíritu controlador y desconfiado. El temor de lo inesperado, nos lleva a desconfiar de Dios mismo, nos hace exigentes y enturbia nuestra visión presente. De repente las personas que amamos están llenas de defectos y se nos hace casi imposible ver las virtudes en ellos. ¡Nos volvemos críticos de nuestra situación actual, críticos de los demás, y hasta críticos de Dios! ¿Porqué el Señor permitió eso o aquello? (Efesios 4:31-32, Santiago 5:7-20) El espíritu de temor no es de Dios, "Porque no nos ha dado Dios el espíritu de temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza." [2 Timoteo 1:7 (RVA)] No sea así en medio de Su pueblo. Dios nos ayude a tener un espíritu de contentamiento y de diligente y reposada confianza en Sus perfectos propósitos. 


Sin Expectativas (No Expectations)

Todas planeamos en su contra. Le tememos. Lo inesperado, desconocido, y muy a menudo no bienvenido. ¿Sin embargo, no es así la vida? La planeadora más meticulosa no puede controlar lo inesperado en la vida por mucho que lo intente. Si pudiera, no sería inesperado.

¿Qué si abrazamos lo inesperado en lugar de temerle? ¿Abrazar una filosofía de no expectativas? No me refiero a no tener estándares a los cuales las personas se atengan --Dios sabe dónde está ahora nuestra sociedad por causa de eso, pero, ¿no tener expectativas con el Señor, y con aquellos que amamos y cómo amamos?  Nadie puede llenar todas nuestras expectativas así que constantemente luchamos un poco con la decepción y la frustración aún si es inconscientemente. Queremos lo que queremos, cuando lo queremos, y queremos controlarlo. Queremos que el Señor se mueva, pero lo queremos a nuestra manera.
¿Cúanto más gozo y gratitud tendríamos por el Señor y por la vida si sólo dejáramos que el Señor trabaje? Espera lo inesperado con Dios. ¿Esperar que Él se mueva, pero no esperar cómo Él se moverá? Deja ya el fútil control y abraza la aventura. Estamos en esta carrera de la vida queramos o no queramos estarlo, ¡así que deja de pelear y comienza a disfrutarlo!

Amar sin expectativas es lo que Cristo hizo y es allí en ese amor que lo inesperado sucede. En lugar de ello, nosotros amamos a las personas con ideas preconcebidas de cómo ellos van a actuar y nosotros intentamos decirle al Señor como moverse en nuestras vidas.
 


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