viernes, 30 de noviembre de 2012

El Espíritu de la Navidad



El Espíritu de la Navidad
Por Will Graham

Bueno, una vez más ha llegado. Éste Sábado marca el comienzo de Diciembre y con él el conteo regresivo hacia la Navidad. Durante éste último mes, más y más mensajes relacionados con las festividades han estado apareciendo en los períodicos, en las calles, en la televisión, en centros comerciales, y en facebook. Y es probable que tu también ya has colocado algún comentario Navideño en tu perfil.  Y desde éste Sábado hasta Diciembre 25, las cosas irán a todo vapor. Todos quieren hablar sobre las festividades.

No obstante, a la par de este grito festivo, uno ya puede testificar le resurgencia de estas interminables "Guerras Navideñas." Las tipicas disputas sobre los árbolitos de Navidad, las escenas del pesebre y de las cruces en lugares publicos causando que mucha tinta corra (y que muchos ánimos estallen). ¿Deberíamos decir 'Feliz Navidad' o 'Felices Fiestas'? Es el nuevo árbol de Navidad en Bruselas una vil abominación o un símbolo maravilloso de un arte y cultura estética? ¿Acaso el juez federal de Santa Monica hizo lo correcto en vetar la decoración de la iglesia sobre la natividad que se encontraba en el parque público o metió la pata? ¿Es la Navidad tan sólo una tradición pagana Cristianizada? ¿No es tan sólo una pobre excusa del la vergonzosa cara comercial del materialismo en el mundo capitalista? Los debates paracen de nunca acabar.

Mi preocupación sobre todo lo mencionado anteriormente es cómo nosotros, la iglesia, estamos actuando en medio de esta disputa verbal de vívidos argumentos. ¿Estamos actuando bajo la esfera de la Cristiandad o del Cristianismo? Hay un mundo de diferencia. La Cristiandad busca un espacio autoritativo dentro de la sociedad. Su deseo es el poder público e influencia porque sólo desea sobrevivir. Justo la semana pasada el evangélico Español, Jaume Llenas escribió que la iglesia institucional, "quiere su nombre en las calles, sus símbolos Cristianos en la esfera pública, quiere sus  subvenciones y beneficios del Estado, quiere cruces en las escuelas públicas, quiere grandes edificios para simbolizar su poder." Ésta mentalidad, argumenta él, está equivocada. Yo estoy de acuerdo, es la Cristiandad resucitada.

El Cristianismo es notablemente diferente. Su enfoque no es institucional, sino misional. Su identidad no reside en símbolos socio-políticos de poder y estadísticas, sino en la Gran Comisión del Cristo resucitado. Tal iglesia no necesita mundanos honor y gloria para tener un sentido de satisfacción; sino la aprobación del Señor Jesús. Jesús no buscó hacerse de un nombre para Si Mismo en el ámbito social. Él estaba comprometido a hacer la voluntad de Su Padre, y eso ciertamente no comprendía la gloria Farisáica que va tras la cacería de hombres. Jesús vivió por encima de esa tontería.  Él tenía Sus ojos puestos en aquello que estaba delante de El. Y ese destino involucraba la cruz, i.e. la muerte --así es-- la cruda, fría, espeluznante y sangrienta muerte. ¡Intenta convencer a un Cristiano institucional a que muera! 

De vuelta en el siglo dieciséis Lutero hizo una clara distinción entre los teólogos de la gloria y los teólogos de la cruz. Y los dos mismos espíritus están operando hoy. El teólogo de la gloria sólo ve a Dios en las estructuras de poder de éste mundo; mientras que el teólogo de la cruz ve la gloria de Dios en el desastre sangriento de la cruz. Sólo el teólogo de la cruz tiene verdadera fe salvadora. Y por lo tanto, sólo el teólogo de la cruz está capacitado para cumplir la misión de Cristo en la tierra de predicar el Evangelio a toda criatura en el Espíritu correcto.

El teólogo de la cruz no está atado a presupuestos de iglesias y capacidades financieras, sino que ha sido libertado en la libertad con la que Cristo le hizo libre. Y los únicos 'símbolos' socio-políticos que él posee son la pasión en su corazón, el fuego en su vientre, un amor consumidor por los hombres y mujeres perdidos y la constante llenura del poder del Espíritu Santo. Después de todo, ¿No es esa la verdadera razón por la cuál Jesús vino al mundo?

Will Graham





1 comentario:

  1. Muy bien argumentado, deja claro que y quienes somos los verdaderos cristianos. Esta celebración, no es para tirar petardos, y vivir de brindis y comidas extravagantes. Es un tiempo puntual de reflexión, porque podemos aprovechar esos días para tranquilamente hacer balance de nuestra vida en Cristo, hacia donde vamos, puntualizar y tomar decisiones más certeras, más comprometidas con Dios.
    .....y esa noche, cómo lo vengo haciendo durante años, volveré a invitar a mi mesa a personas que de una manera u otra están solas, ya sea por estar fuera de su país, porque no tienen familia, o simplemente lo hayan perdido todo.
    Muchas gracias por este mensaje, lo compartiré con gusto.
    Bendiciones

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