viernes, 30 de noviembre de 2012

¡La Luz de los Hombres!


Mientras leía en días pasados los versículos correspondientes a los primeros días del estudio sobre el Adviento del Señor Jesús del ministerio de GMG; me maravillaba pensar en la gráfica poesía usada por el apóstol Juan para describir a nuestro Señor Jesucristo en su manifestación al mundo. Juan capítulo 1 ha sido por muchos años mi porción favorita de las Escrituras, nos relata en detalle poético las doctrinas fundamentales de la fe Cristiana. Quien en Jesús, Porqué vino al mundo, Cuál es Su misión. 
He leído ésta porción de las Escrituras múltiples veces, pero a penas recientemente en este estudio sobre el Adviento (manifestación, venida del Redentor) me detuve a meditar en las figuras literarias usadas por el apóstol para describir el estado de toda la humanidad sin Cristo (tinieblas) y la naturaleza de Cristo. (luz)

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. (Juan 1:1-5)

 Primero nos revela la naturaleza de Cristo, ¡Jesús es Dios! Cualquier doctrina, maestro, pastor o corriente religiosa que enseñe lo contrario no viene de Dios, y no dice la verdad sobre quien es el Hijo de Dios. Segundo, Juan también nos ratifica que Jesús mismo creó todas las cosas, significando esto que él trasciende la creación, siendo el Creador es el Origen de la vida y no tiene principio ni fin. Dice que "sin él nada de lo que es (ha sido hecho) fue hecho." Finalmente en los verscículos 4 y 5 dice que Él es la vida, y la luz de los Hombres. Aqui es donde me quiero detener y espero poder brevemente y efectivamente hacerte pensar en ésta imagen que Juan nos pinta sobre la luz de Cristo.

Imagina una potente luz en una gran habitación; obviamente la luz que conocemos con todos sus componentes (velocidad, refracción, propagación, etc.) es tan sólo una figura a penas aceptable para que podamos tratar de entender la naturaleza perfecta y pura de Dios. Sin embargo imagina ésta potente luz alumbrando toda la habitación. Antes de que esa luz fuera encendida la habitación se encontraba en total oscuridad, no habia manera de moverse confíadamente en el espacio por temor a lo que permanecía oculto a los ojos. Bueno, esa oscuridad es el estado natural de la humanidad, y por ende de cada uno de nosotros en particular. Somos tinieblas, y al igual que la luna no poseemos luz propia con la cual podamos alumbrar o ser alumbrados. Ahora imagina esa misma luz potente encendida fuera de esa habitación. Todo lo que existe alrededor de esa luz esta siendo tocado por la luz, le pertenece a esa luz, se beneficia de esa luz y es revelado por esa luz. Sin embargo aquella oscura habitación permanece agena a la luz, la oscuridad aún reina en ella y de ninguna manera participa de la claridad que ésta ofrece. De la misma manera todo el mundo sin Cristo permanece en tinieblas, ageno de la vida de Dios, ignorante de la revelación de Cristo. Sin embargo, Cristo vino al mundo para revelar Su luz, el cuál es la Vida verdadera de los hombres. Ahora imagina esa misma luz dentro de la habitación oscura, de manera inmediata todas las tinieblas desaparecen, y las "tinieblas no prevalecen contra ella." No hay manera de que la oscuridad le gane a la luz cuando ésta se hace presente en un espacio, de la misma forma Cristo llega al mundo para dar la vida, la luz que el hombre no poseía sin Él. Pero algo trágico sucedió cuando ésa Luz se reveló a las tinieblas de los hombres:

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.(Vr.9-11)

El Creador de los hombres se hizo carne, viniendo como la Luz para mostrar el camino y dar vida pero los suyos, los hombres no le recibieron. Dice que no le conocieron, o no reconocieron como Dios. Imagina ahora esa luz potente brillando en toda su fuerza todo lo que existe a su alrededor es tocado por ella, revelado, "bañado" por ella, sin embargo lejos muy lejos de ésta potente luz hay hombres que prefieren caminar en medio de la oscuridad, a tientas, porque simplemente no quieren estar bajo la luz y caminar por el sendero revelado. Ésta es la condición de la humanidad sin Dios. ¿Recuerdas cuando Cristo dice que Él es el Camino, La Verdad y la Vida? A esto mismo él se refiere, en otras palabras, Él es la luz que alumbra al mundo y no hay otro que pueda salvar a los hombres fuera de Él (1 Timoteo 2:5). La condición de cada uno de nosotros sin Cristo es de absoluta oscuridad y el que no le recibe ni le reconoce como Dios, Salvador y Señor no puede participar de la Luz de Vida sino que estará por siempre en tinieblas.
 
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (vr.12)

 En éstas semanas previas a la celebración del Advenimiento de nuestro Salvador, el Señor Cristo Jesús, meditemos en el don lleno de gracia y de verdad que Dios ha concedido a todos (hombre y mujer)  para que en lugar de estar alienados (apartados, ajenos, lejos) de Dios, seamos hijos de Dios por medio de la Luz que vino al mundo para revelar Su gloria, Su amor, y misericordia a todos los hombres, al rescatarlos del poder del pecado y del Diablo y de la segura sentencia de eterna separación de Dios (2 Tesalonicenses 1:9). Es fácil que olvidemos el verdadero significado de la Navidad, e incluso de la fe que proclamamos cuando las celebraciones y actividades toman el control de ésta época del año, por eso te invito a que si aún no lo has hecho participes de éste estudio de Adviento, para que juntos enfoquemos nuestros ojos en la Razón de la celebración, ¡Cristo Jesús, la luz de los hombres! ¡Aprovechemos ésta oportunidad que tenemos de celebrar junto a familiares y amigos para compartirles sobre ésta maravillosa Luz que quita el pecado del mundo y que establece una relación directa y eterna con Dios Padre!

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad... Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer..
Y vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 






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